domingo, 23 de noviembre de 2008

Educación en tu Perro


El secreto para conseguir una convivencia perfecta entre el amo y el perro radica, fundamentalmente, en la comunicación entre ambos. Educar y enseñar no significa adiestrar y castigar. La confusión de estos términos provoca la frustración de muchos dueños; que se ven incapaces de hacer comprender a su mascota lo que esperan de ella.
La diferencia entre educar al perro desde que es un cachorro y no hacerlo es abismal. El perro será más seguro de sí mismo y será más confiable cuando entienda y obedezca órdenes tan simples como sentarse o acudir a la llamada del amo.

La mejor opción es que el propio amo sea el que se encargue de la tarea, aunque es conveniente que se asesore en escuelas de adiestramiento donde un instructor, con gran experiencia y conocedor de la psicología canina, sepa enseñar al dueño del perro la metodología más correcta.

Aprender el significado de órdenes como 'sentado', 'abajo', 'quieto' y 'ven' no es difícil para la mayoría de los cachorros. El entrenamiento puede empezar entre las ocho y las diez semanas y aunque los perros pueden aprender a lo largo de toda su vida, es conveniente empezar cuanto antes puesto que, cuanto más jóvenes, mayor capacidad de aprendizaje tendrán.
Enseñar lo correcto y lo incorrecto.- Es fundamental que el cachorro aprenda cuanto antes lo que se considera como comportamiento aceptable y lo que no. El no enseñar la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal puede derivar en tener un perro adulto con el que no es grato convivir. Por ejemplo, si se desea tener un perro que duerma en un lugar destinado a él, lo mejor es que lo haga desde el primer día. Es frecuente ver a dueños que no pueden evitar llevárselos a sus camas cuando el pequeño llora los primeros días tras la separación de la madre. Con esta actitud, lo más evidente es que la mascota elija la cama del dueño como lugar de reposo para el resto de sus días. Para evitar estas desagradables situaciones de sus primeras noches en casa, existen algunos trucos como confortar al animal poniéndole una botella con agua caliente y un reloj con un tic-tac fuerte; lo que le recordará el latir del corazón de su madre.

Cuidados Básicos del perro


Alimento-Dieta
La dieta adecuada.- Este aspecto dependerá de la edad, sexo, raza y tipo de vida del animal. La mayoría de las marcas de comida para perros tienen una gama variada de alimentos (para cachorros, para perros viejos, para hembras gestantes, etc) y, además, suelen proporcionar información acerca de la cantidad de comida que ha de contener la ración diaria en función del peso y raza del perro.
Hay que tener en cuenta que en determinadas situaciones, como en verano, el perro come menos cantidad de alimento debido al calor; y no hay que obligarle a que termine su ración. También hay que evitar darle comida después de que haga ejercicio, ya que pueden presentarse problemas en la digestión y cambiarle bruscamente la dieta, puesto que el animal debe adaptarse poco a poco a un nuevo tipo de comida.
Ejercicio
Ejercicio regular.- Para que la mascota esté sana y en forma, debe hacer ejercicio periódicamente. Sin embargo, hay que evitar las horas del día en que hace más calor; ya que el perro tiende a pasarlas durmiendo. Además, como las personas, los perros sufren lesiones, tirones, esguinces, por lo que habrá que controlar su actividad física y procurar que no se exceda en el ejercicio ni realice actividades peligrosas.

Enfermedades
Actuar ante las enfermedades.- Dado el elevado número de enfermedades que puede padecer el perro, resulta muy difícil realizar una lista, por lo que, ante cualquier síntoma irregular, conviene llevarlo al veterinario que actuará en consecuencia con las medidas oportunas.
Algunas de las señales que deben despertar la alerta del dueño son: caídas de pelo o lesiones en la piel, alteraciones en el ritmo respiratorio, tos persistente, cambios en el comportamiento o en el carácter, pulso acelerado, vómitos y diarreas continuadas, extrema delgadez, temblores, suciedad en la lengua, inapetencia continuada, parálisis o cualquier muestra de dolor.


Accidentes
Accidentes más comunes.- Ante cualquier percance hay que fijarse en el estado de conciencia del animal. Si éste se encuentra consciente, es importante tener cuidado con las posibles reacciones producidas por el shock como mordeduras originadas por la ansiedad o movimientos que puedan agravar el estado del perro.
En caso de atropello, o en caídas desde cierta altura, hay que tener en cuenta que el carácter de las lesiones puede ser interno y externo, por lo que se tendrá que inmovilizar al animal y llamar al veterinario. Ante luxaciones o fracturas en las patas se tiene que evitar que el perro camine. Si no se sabe inmovilizar una fractura o luxación, es mejor hacer que se quede tumbado hasta que se consiga la ayuda necesaria.
Las heridas conviene tratarlas según su alcance. Si son superficiales pueden ser curadas por el mismo dueño con agua oxigenada, mercromina y gasas; pero si se precisa de puntos de sutura, hay que trasladar al perro a urgencias procurando que no se rasque o se muerda en la zona afectada. En caso de que las heridas se hayan producido en el transcurso de una pelea con otro animal, es necesario consultar con el veterinario ante el peligro de que haya contraído alguna enfermedad.
Cuando el animal presenta postración general, pulso acelerado pero débil, mirada con expresión de angustia, movimientos torpes y mal coordinados y temperatura elevada, es posible que haya sufrido una insolación. En estos casos, y aunque una sencilla prevención es la mejor medida, ha de refrescarse al perro con agua y acudir inmediatamente al veterinario.
Ante los golpes en la cara, lo principal es evitar que el perro se toque en la zona fracturada y acudir al especialista. Si se ha roto algún diente, habrá que hacerle un empaste para que no se deteriore. Además, si la rotura llega al nervio, necesita una endodoncia o, de lo contrario, cada vez que muerda algo le dolerá.
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viernes, 21 de noviembre de 2008

Si_un_perro...
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razas
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Según dicen, el perro desciende de la especie del lobo gris. La primera relación comprobable entre hombre y lobo es de hace 10.000 a 15.000 años.



El lobo gris, ancestro más probable de todas las razas caninas actuales.
No sabemos si el hombre vino al lobo o al revés. De todos modos, ambos aprovechaban la situación: el hombre usaba al lobo cazando, guardando el ganado, y como vigilante contra enemigos. En cambio, el hombre le daba de comer. Lobos son muy sociales. Viven en grupo como el hombre (la llamada manada), en una jerarquía con líderes a la cabeza. Las relaciones jerárquicas que existen según naturaleza facilitan el tener a un animal como mascota. Con el hombre de dirigente, en esta relación. Pero el hombre empezó a exigirle otras cosas al lobo con respecto a comportamiento y aspecto.

En la edad media, el perro se convirtió en un símbolo de estado social. Le proporcionaba cierto prestigio al hombre.
Desde entonces, empezó a crecer la variedad de razas caninas. Criaban perros por aspecto, comportamiento y capacidad de caricias, lo que actualmente sigue pasando.
Escala clasificatoria:
reino
Animal
subreino
Metazoarios (o Metazoos)
tipo
Vertebrados
clase
Mamíferos
subclase
Placentados (o Placentarios)
orden
Carnívoros
familia
Cánidos
género
Canis
especie
Perro doméstico
Bibliografía
* Enciclopedia Canina: Anesa - Rizzoli . Editores. Milán. Italia